lunes, 31 de agosto de 2020

Talentos ocultos




¡Bien! Toca hablar de libro. Os voy a hablar de la última novela que he leído. “Talentos ocultos” de Margot Lee Shetterly, a la que saludo y me gustaría (aunque sé que nunca llegará a ocurrir), que leyera mi evaluación de su novela.

Existe una película basada en este libro. He de decir que la película no la he visto, para ser sinceros he visto el trailer, y reconozco que fue el incentivo para leer la novela.

El libro, como novela esta muy bien a partir de la página 184. ¿Por qué digo esto?.

Para que nadie me mal interprete, y sobretodo aquellos que la hayan leído ( no hablo de aquellos que hayan visto la película), que muy posiblemente no hayan sentido lo mismo que yo, he de definir los cuatro estados en los que me encontré durante la lectura de la novela.

1º) Entusiasmo. Después de ver el trailer de la película y leer las reseñas de libro, lo abrí y comencé a leer todo lo allí escrito (como suelo hacer, prólogos y reseñas del autor/a etc.), a medida que pasaban las páginas el entusiasmo primero fue cambiando a curiosidad. Un mar de anécdotas y vivencias de los protagonistas se mezclaban con algo muy actual, y que forma parte de la historia y del ADN de los EEUU. El racismo.

2º) Hastío. La curiosidad por el racismo descrito (que hay que decir que muy bien hecho), fue pasando a el sentimiento de hastío. No porque el racismo me produzca aburrimiento, ni tampoco porque esté mal descrito o narrado ( he de decir que como escritora es muy buena, y pienso leer otra novela de esta mujer), sino porque  esperaba que el hilo de la historia ( o el comienzo de ella), no fuera interrumpido en multitud de veces para explicar quién, cómo y cuándo hizo algo en favor de los hombres y mujeres de color, o todo lo contrario. Existen otras novelas donde con más crudeza ya lo explican sin romper el hilo de la historia.

3º) Curiosidad. El hastío, al cabo de cien páginas vuelve a transformarse en curiosidad cuando por arte de magia prevalece el hilo conductor de los protagonistas sobre la historia del racismo. La creación de la NASA es el aliciente que la escritora aprovecha para situar el verdadero núcleo de la historia sobre los protagonistas (estamos en la página doscientos).

4ª) Entusiasmo. Renace el entusiasmo cuando lo que se está leyendo concuerda con lo recordado haber visto en el trailer de la película. El hilo de la historia se hace interesante página a página.

5º) Satisfacción. Cuando se llegan a las 431 páginas de la novela se siente satisfacción por haber llegado al final, no sólo por haberla terminado, que sería lo que algunos mal pensados dirían, sino porque sientes un bienestar por haber leído una novela que te ha aportado conocimiento, distracción y, lo que yo calificaría com o buen sabor de boca.

Los que fuimos afortunados de ver en directo por televisión la llegada del hombre a la luna, sentimos algo cuando leemos en esta novela cómo, y por qué aquel hombre llegó, pisó y pudo regresar sin problemas, o los tripulantes del Apolo 13 pudieron resolver los problemas que casi les impiden regresar a la tierra, o la importancia de que unas mujeres, y recalco y repito, “mujeres”, que además tenían un color que en EEUU se considera , incluso hoy en día, degradante, aportaron sus conocimientos para que el hombre volara, lo hiciera más rápido y con seguridad, saliera al espacio aportando respuesta a la pregunta que se hizo un astronauta (que tendréis que leer la novela para saber quién era), ¿qué ocurrirá si el ordenador falla o se apagan las baterías y hay que volver a la tierra manualmente? Lee esta novela y sabrás la respuesta.

Recomiendo este libro a pesar de pasar por todas las etapas que he descrito. Estoy deseando ver la película, entre otras cosas por comparar con la novela.


©Texto de Jesús García Lorenzo